lunes, 24 de octubre de 2016

UN ACTO DE AMOR

No cabe el silencio
pues él habla
desde lo inmenso
con su ensordecedor
idioma de colores

Parlotéa sin cesar
vislumbra ecos
para el murmullo
de nuestros ojos
cuando en catarsis
quedamos prendidos
al contemplarlos
     sutiles
     soberbios
     entrañables
Comparando con el canto
mismo del zorzal
para que su efímera vida
sea el más bello
recuerdo en una naturaleza
                               muerta

Ante la muerte
          la vida
Unos cantos vinientes
de una cercana dimensión
colorea
           lo gris
                      existente
en esta inexistencia
al que caemos paulatinamente

Ante esa caída
una ráfaga
o una sencilla luz encendida
en ese rincón exacto
donde nisiquiera
la punta de la nariz se ve

Abriendo las manos
esperando que llueva
los pétalos marchitolentos
de esa rosa en la palma
resuciten y ganen
la batallas...  Todas las batallas que quedan.

© Santiago Morinigo.

RESPIRAR ARTE

Una argamasa
se forma
en las manos
por las cenizas
del tiempo
Un pálpito
derrama su lágrima
cuya soledad
intrínseca toma
por aliadas
gotas de lluvia
que sin respiro
respira las aguas
anacrónicas
que se consumen
amén del rayo lunar
que ansía salir airosa
entrecortándose
por las nubes serenas
que intenta esculpir
lo que la mamo sostiene

Es que la cosa no es
tomar un puñado
de palabras
y transformarlas
en ave
     o arco iris
es moldear su esencia
y volverlas
     montañas
  o monumentos

Hay una constelación
a ser descubierta
al elucubrar
mensajes vinientes
de los paraísos perdidos
o de los infiernos hallados
Toda manifestación
tiene un poco de alma
y esa alma
es una verdad
revelada hacia
aquella alma
con necesidad
de alma
con necesidad
de vuelo
de vuelo inmaterial
de navegar
sin viento
de caminar
con fuego
de respirar
un cielo
y por más
que sientas
lo que sientas
la lluvia no lastima
así por que si
si no se transforman
en versos.

© Santiago Morinigo.

PURPÚREA

La fisura carne
de un corazón
que se incinera
purpúrea y paulatinamente
en el yin y yang
de sus latitudes
es un desgarrado
grito oscuro
que colapsa arterias
cuando por la ellas fluye
             ¡ aún!
Las iniciales
de ése nombre
que era mundo
       artículo
       nube
       cielo
esa cosa inapelable
de los castillos
en el aire.

© Santiago Morinigo.

VERTIENTE


Es atérida
la sombra que se siente
cuando nada se toca

Cuando el alma
se columpia
en la oquedad
de mil ruiseñores
    silenciados

La depreciación
sonámbula de pétalos
robadas al tiempo
inocula brío
a modo de luz

En el introito
vascular de ése cielo
quieto y atemporal
libélulas heridas
desmadran su atmósfera
y de esa sangre revelada
Un poema

se erige.

© Santiago Morinigo.

LAS 18:46 EN SAN TELMO

Rumiar
por las calles de San Telmo
es lo mismo que aullar
a una luna en desvelo

Sus esquinas húmedas
guardan (¿ Cuántas historias?)
Entre hierros retorcidos
y adoquines destripados

Una mesa negra
arrulla sin anestesia
un café más

Las sombras llegan
                                    sí
Ya no dañan
                                    no

Los zorzales duermen su siesta
en éste improvisado invierno

Ecos materializados
del más allá
sólo dicen:
          " ANDA Y CAMINA TU CAMINO "

Sigo.

© Santiago Morinigo.

domingo, 15 de mayo de 2016

OTRO BOSQUEJO DE LA PALABRA

       
La palabra sin malicia
es la palabra que exorta

Es daga punzante
y lirio perfumado
Con ella se construye
o destruye
se camina
y se vuela

Es ventrículo abierto
en pétalos en remojo

Es  eso que armóniza
                   o desequilibria
es cielo abierto
      o infierno consumado

Esa es su proclama

Y ese su poder.



© Santiago Morinigo.


viernes, 29 de abril de 2016

METAÓSCULO

             

 Y el letargo
besa los huesos
como a veces
la luna letarguea sombras
y evitar un beso desmedido
sin que una liturgia
de luces conspiren
y tomen por asalto
algún suspiro
          de esos
que sientes
      cerquita
                 cerca
de tus labios
hambrientos de amor.



© Santiago Morinigo.

EL ÚLTIMO GÁRGOLA

                       (fragmento del cuento).

            Lontananza
Alto
en la cúspide última
de una tierra muerta
Sin raíces
sin por qué
o para qué

Derruido y triste
la cumbre melancólica
y desesperanzada
del ser supremo en ida
con sus túnicas teñidas
de un cenit nocturno

Silencioso
                   Goliat
sus ojos hundidos
sin luz en ellos
como en otras épocas
Se prepara en expulsar
Su último quejar

¡ Un grito!

¡ Un grito!

Se lo oyó gritar
          ¡ QUIZÁS!

Y el viento
dejó de soplar.



© Santiago Morinigo.

jueves, 14 de abril de 2016

MENSAJE CIFRADO

                   

En esta luminosidad
de sorpresivo ocaso
el sol desintegra lunas
al son de ecos
cuando cambia de estación
Ése meridiano
 de ternura que adolece
                ¡ Ciego!
Tras falsas promesas

Las matemáticas no rigen al amor
ya que el amor carece de lógica
instinto
      o
sumisión

Los elíxires son profanos
y toda oración o pedido
cae en saco roto

El despertar es la gema
cuyo resplandor
es el mensaje cifrado
de que si es
       o
       no
        es

amor.

© Santiago Morinigo.

CRISÁLIDA DEL AIRE

                 

Sin ópalo ni platinos
Una mano invisible
peina los risos
de las nubes
de donde
tal vez se desprende

Desnudo
                  Incoloro
       Inmaterial
                                Sublime
Como gema palpitante
que puesta sobre
el corazón en ritmo acompasado
laten

Como sus miradas
Como sus palabras

Sin engaños en su sentir
ya que en el suspirar
un pegazo de alma
va en procura de ésa alma
y juntos
por el aire

V
O
L
A
R.

PD: Obra pictórica de mi entrañable amiga Marta Gracia, por ende, poema dedicada a ella.

© Santiago Morinigo.

martes, 9 de febrero de 2016

CERQUITA CERCA


No escribo nada
nada porque la nada
termina en todo

Hoy sos mi fin
y mi comienzo
mi sueño y mi despertar
el sueño que quiero tener
tenerte en mis sueños
es mi anhelo

¿ Pero?

¡Vos estás en mis sueños!
Entonces
no tengo anhelos
La nada no existe
vos sos todo
Todo
                      y nada
todo    
                    todo                     todo    
nada es todo
lo que nos rodea
porque sólo nosotros
sólo nosotros estamos
plasmados bajo
la luz de una estrella
que se disipa en el cielo

Vos sos una estrella
la estrella

la estrella

¡ Mi estrellita!

Que brilla

Que brilla

Y brilla

Cerca
Cerquita
Cerca de mis ojos
¿ y sabés?

Estoy contento.



© Santiago Morinigo.

¡ MIÉNTEME!

                   
Me mirás

Me mirás sin ojos
más atrás de vos
más allá de tu esencia
más acá de tu existencia

Me mirás con música
con esa palabra muda
con esa pausa inaudita
con ése silencio estridente

Me mirás sin saber
que soy yo el objeto
de tu mirada
¿ O soy yo el que no sabe
que no es objeto de ése mirada?

No importa
si no lo soy
                    ¡ Miéteme!

Yo te miro
y al mirarte
intento alcanzar tu alma.

© Santiago Morinigo.

A TU NOMBRE



                        I

        Lejana
Y el silencio consume

           Consume          

La resurrección de la soledad:
            Solo

Noches de espectros
días oscurecidos

Lejos duermes
                  mi ternura
Por el aire mis besos
idos hacia ti
se esgrimen con el viento
y luego anidarse fantasmas
sobre tus labios que necesito

¿ Entiendes?
Te necesito en estas horas
de tortura helada
donde todo es frío
el alma
                el cuerpo
la mirada
menos éstas lágrimas
que en los amaneceres sin ti
lentamente resbalan.

© Santiago Morinigo.

ANATEMA

                                       

    Las voces eran resolutas, metálicas,  con espasmos de óxidos en su sonido recalcitrante; eran, un eco mustio, al acorde del lento andar en esa atmósfera sofocante de esos tórridos días de invierno. Y esa noche en particular, una bruma densa y sofocante se alza como látigo ardiente que marca la espalda del deseoso de libertad.
     Su nombre, ¿ Cuál era su nombre?, ése nombre que percutía una y una, y otra vez en sus oídos, y en su mente las imágenes atiborradas de caos torturaban su ser, su esencia. Y su nombre era sonido de esas voces que retumbaban dentro suyo, sin embargo,  él lo recordaba; sólo que la rigidez de su lengua no le permitía modular las sílabas...  De su nombre.
     Por primera vez sentía frío, dolor,temor,soledad, inquietud, debilidad; sus manos temblaban, o eso era lo que se vislumbraba tras esa cortina nocturna.

     Esa noche de julio, esa noche densa, en atmósfera poluída y corroído, llena de voces vivientes por diestra y siniestra lacerando su ser, de ojos cristalizados y corazón ensimismado.
      Esa noche de negrura extrema, sería el amanecer en el levantarse terrenal, para uno más de los caídos.

© Santiago Morinigo.
    

sábado, 16 de enero de 2016

FATAMORGANA


En un dedo
se detiene un suspiro

La luz arde sustancial
en los labios que laten
en la mirada
vestigios de amaneceres
hecho humo
o polvo cósmico
cuando en la palabra
la voz se hace musa
cuento de hadas
en los anocheceres
hecho espuma o polen místico

Ritmo de soles
que engendran canciones
en lunas índigas
de sangrante corazón sin tonos

¿ elixir o ambrosía?
Paradoja existente
en atajos turbios
entre cielos e infiernos

Muge la esperanza
cuando el mar ulula

Los suspiros susurran
mientras de los dedos

                caen.

© Santiago Morinigo.

jueves, 14 de enero de 2016

TUYO



Pecado tú
dulce erotismo
Pasión de fuego inminente

Tu cuerpo de olvidadas prohibiciones
       
              ¡LLAMA!

En aras de entrar
en tu ser
bebo sortilegios
de tu boca audaz

Me construyo

Me desintegro

Me reconstruyo

Con ese gemir
que tu esencia canta
al transportarnos
a esa lujuria
que nos envuelve
          Mañana
         
 Tarde
           

                   Noche

Acompasado
rítmico
y provocador.

© Santiago Morinigo.

martes, 5 de enero de 2016

LA ÚLTIMA PROSA



Exactamente... No sé como comenzar esto, ó,  todo lo contrario, ¡cómo terminarlo!. Las notas del universo son en octavas disminuidas. Es el último poema, lo sé; ya que sé lo que lloran las letras de los poemas míos por vos inspirados, sé de sus agonías en el papel donde ellos duermen. El otoño ha caído con inusitada fuerza y sus hojas en ocre sólo visten las veredas.  El viento sopla. .. el viento sopla.
        Resulta que cada paso que doy es real  y duele,  cada suspiro es materia y algo apreta aqui, ¡¡¡ Aquí!!! Cada vez que respiro.
No quiero hablar de la tristeza,  aunque lo esté;  ni escribir el poema MÁS TRISTE ESTA NOCHE,  esta tarde, ó,  mañana.  Sólo quiero apaciguar mi alma y verla resurgir;  pero saldrá triste, lo sé y será la última tristeza,  la última.
No hay remordimientos,  no, todo se vale en esta batalla donde, aunque duela, siempre uno termina arrasado. Las vaporosas luces de la luna dibujan mil rostros en la calle.  Al mirarme en el espejo no es un garabato lo que miro, es mi rostro y es real;  que los tatuajes en versos de tus besos se desvanecieron,  y por el cielo! !! Mi ser también con ellos.

¿Qué te busco? Sí te busco,  o tal vez no, o no sé.  ¿Qué se busca cuando se está en estado de latencia? Trato de soñar nuevamente, pero creo que mis sueños se han fugado contigo,  ¿lo tienes tú? Necesito que las brisas me cosquilléen pues me estoy olvidando hasta de reír.

Mi pena. Mi pena ¡ Sí!  Y tu voz tan lejos.  Lo que decías, lo que sentías. Digo que estas allí para mí e intento tocarte,  entonces comprendo que el aire es un fantasma y los fantasmas no existen.
No!!! No digas te amo si no puedes construir Castillos  en el aire, si no puedes oír el batir de alas de una musa que sobrevuela las letras de un poema. Si no comprendes el grito en las lágrimas en el canto del cisne que se desangra en su hora de penumbras.  Con la reconciliación de la vida hay palabras vedadas, que no se pronuncian antes de que estén maduras,  si se las pronuncian son esquirlas con un millón de aguijones ponsoñosos en el alma del que pinta lirios en la sonrisa del sol. No digas te amo, sólo di te quiero;  el amor es perenne,  el querer se desvanece, ya que en la tinta de mi mejor poema para vos se vislumbran tantas lágrimas por escuchar tu te amo.
Duele, duele si, pero ya no dolerá,  ¡ya no duele! ¿ O tal vez duela?  Quizas el dolor es una circunstancia que nos hace sentir vivos, consumirnos hasta las cenizas y luego renacer tal Fénix.  ¡ Sí!  El dolor es eso y los poetas lo saben, lo sentimos. ¿ Fui feliz? Si fui feliz, o sea, ¿eso creo? Si la felicidad se mide con el latir del corazón enamorado, lo fui, sí lo fui, ¡fui feliz!.

   Vuelvo atrás y veo que este poema devenido a prosa tiene mucha tristeza.  Tristeza que exorciza.
Te comunico que esta es una receta de dolor, la última entonces,  la última.  ¡La última! .
Conseguiste que el echarte de menos sea mucho más que una tortura o un humano sin alma;  y que éste simulacro de poeta,  aqui te está escribiendo,  de amor, su último poema.

© Santiago Morinigo