martes, 3 de octubre de 2017

Trance

He visto el día en potestad de la noche donde una luna irradiaba entrañas de sol.

Largas avenidas

Son largas estas avenidas de veredas rotas y esquinas sucias, de sombras caminando presos por una pantalla. Andamos ciegos entre tanta multitud que no importa cuán profundo es la herida que se lleva dentro, los litros y litros de alcohol que va destilando en una única lágrima invisible cada vez que se sonríe, o la ardorosa espina que inca, inca, e inca. Y de pronto llegan las noticias que el mundo se resquebraja y que son millones de llantos verdaderos sangrando por esas avenidas rotas por los edificios caídos, los árboles destripados, chatarra curuvicada por esas calles inaccesibles, entonces, pensás lo efímero y frágiles que somos, entonces, extendés el alma hacía esos humanos que nos hermana, no importando fronteras ni banderas. Estás con ellos, allí, en espíritu, mientras a tu lado está esa razón, por el cual, el mundo cada vez es más bello por más dura sea la vida, ya que sentís tu alma fortalecida y no importa caminar por esas largas avenidas, con sus veredas rotas y calles sucias, si de tu mano está ella, dándote luz a cada instante.

La sombra de un poema


Si mastico luz
para escupir la noche
ya no me quedan madrugadas
quemándose en los candelabros
El flujo
discontinuo de este existir
se conjuga en la pluma
de un ave
que vuela sin límites
por horizontes próximos
Es el poema
que solo
se queda dormido
en su rincón de olvido.