domingo, 27 de diciembre de 2015

RELENTE

                            Cejé en la búsqueda por un momento. Nada que intentara lograba, siquiera, acercarme hacia algún indicio, pista, huella, partículas, moléculas, átomos, o lo que fuera.
A estas alturas puedo decir, con mi alma llena de alondras grises, que estoy cansado, ¡ Sí! Cansado.
       Bajo este cuniforme árbol me sentaré, e imaginaré que el viento me abofetea; mis manos indolentes tocarán la nieve sin sentirla apenas, cerraré los ojos y veré... Y veré.

    Y veré, vivido aún, su cuerpo sin vestido, su piel, reflejo de está nieve pretenciosa que traspaso hoy, sus ojos de mar estival, su sonrisa de cielo infinito, su... ¡ Ya no quiero seguir!.
Con un ramalazo me despojo de estos sueños con sabor a tequila, ¿ Sabor?¡ No recuerdo lo que es eso!, no recuerdo quién soy, que soy, donde estoy,  donde voy. ¿ Qué es éste purgatorio, infierno o limbo?. ¿ Tal vez al encontrar lo que busco, tendré respuestas a mis interrogantes, tal vez?.

    Seguiré. Toda la eternidad está a mi favor, en esta soledad desoladísima.

© Santiago Morinigo.

sábado, 26 de diciembre de 2015

PALABRAS LLAMANTES



Ojos
Cielos
Labios
Mar
Nube
Silencio
Beso
Pétalos
Latir
Horizonte
Estrellas
Sol
Sombra
Viento

¡ Te siento!

Palabras
Poema
Poesia
Prosa
Esmeralda
Cuerpo
Música
Voz
Canto
Encanto
Pasión
Ternura
Dulzura
Locura
Tortura

¡ Uffff!

            Vos
Vos
                             Vos
         Sólo:
                              Vos
Grito
Clamo
Proclamo

            ¡ Exclamo!
Llamo
   Llamo
      Llamo...
                         Te

Llamo... Te
                  Te
Llamo.

© Santiago Morinigo.

LO UNÁNIME Y PRIMORDIAL



Tus ojos brillan
Me brilla el sol en ellos
Tus ojos son el mismo sol
dando vida sí
dando vida a mi
aleluya por vivir

En el alma una bandada
de alondras me cosquiellean
con tu mirada sola

Esa
esa mirada tuya
capaz de hacerme
crear mundos invisibles
hacerme creer
lo importante que soy

Esos ojitos tuyos
con esa mirada tuya
son una especie de bálsamo
para mi ser con tantas heridas
ellos son lo unánime
                lo primordial

Mi amor
    tú eres lo primordial
               y lo unánime
y contigo soy el mundo entero.

© Santiago Morinigo.

AULLIDO

AULLIDO

Unos pelos amarrados
vigilantes del alma
de la noche

Llora
Grita
con su voz particular
compone canciones
con su luz de miel

Los tronos
no oyen
sus piedras
no les permiten

Los ojos se elevan
a la captura de golondrinas
hurtar sus alas
Romper cadenas

Volar corriendo

Latir volando

Respirar latiendo

En libertad soñando
¡ Soñar con la libertad!...

          ... Encadenado.

© Santiago Morinigo.
Sulfatadas alegrías
en éste vaivén
de sentimientos
que sin viento
arremolina

Dispar
aquejado
irreal

Como figuras
de lirios
acribillando un beso.

© Santiago Morinigo.

ÓSMOSIS



Ardo
Hasta
consumirme
           en
agua.


© Santiago Morinigo.
Y el fuego éxtasis
se ciela
en los labios agua
Transeúntes de palabras
en esas miradas
que escudriñan ser
Almas de versos libres
síncopa de corazones ebrios

Toda levedad
pasa a ser libido
cuando piel a piel
va naciendo noche
al aproximarse el sol.

© Santiago Morinigo.

APOEMA

LAMENTACIÓN BAJO SU LUZ

Ir
sin dónde
con tantos por qués
Los hombros escogidos
los ojos llovidos
las piernas entumecidas
con algo que apreta
tanto en el pecho
o el adiós más doloroso de todos
un adiós mortal

Ir
tormenta sin aviso
viento huracanado
ignorancia sedienta

¡ Maldad.... Maldad!

Los capullos del rosal
caen marchitos
y los pasos son torpes
La voz temblorosa
las manos frías
la suma de todo es cero
Aves doradas caen del cielo
del cielo caen estrellas
la noche no es noche
el día no es día
el brebaje es amargo
y una daga oxidada  se incrusta
hasta la médula del corazón

Ir
la lontananza espera
horizonte magro
parca esperanza
La felicidad es veneno
la dicha es veneno

¡ El amor es veneno!

Pobres seres sin amor
queriendo contagiar su malicia
El ala del amor sin la plenitud
en su vuelo divino
el amor apunto de dormir
el sueño de los enamorados
de los prohibidos enamorados
hasta su despertar triunfal
El triunfo final
sobre los humanos
sin humanidad

tristes humanos

perdidos humanos

Ir
la lejanía
océanos sin nombres
cantos de sirenas
mares misteriosos y peligrosos
La magia
la magia yerta
el herido cuerpo sin herida abierta
aullar de lobo estepario
Un espejo refleja esta estirpe
y su dolor

Han injuriado
han maltratado
han maldicido
sin saber
sin saber que ellos son:
los maldecidos
los malditos
los perturbados

Ir
y la mano próxima
que se quiere ir
que necesita irse
la mano prójima
los ojos bellos
los bellos labios
el hermoso cuerpo

Quieren separar lo que uno es
lo que uno era
 lo que uno será
 lo que hoy ha dejado de ser cuerpo
para ser espíritu

¡ El espíritu del amor!

Quieren destruir al espíritu
y el espíritu no se destruye
pues al intentar destruir
se destruyen a ellos mismos

" La destrucción o el amor"

Ese mes no existe
ese mes es oscuro
y el siguiente siguiendo ese sendero
las palabras tienen letras de ultratumba
de viento norte
de llanto
agonía
y tristeza

Ir
páramo hirsuto
bosques sin aves
jardín sin flores
De los poemas
surgen tanto agonía
los poemas sangran
sangra el alma
el corazón
la mirada que tanto ama

La vida con ropa negra
las pupilas tatuadas al suelo
brazos sin fuerzas
entraña cubierta de aves oscuras

soledad

y la sombras que quieren reinar
¡ Qué quieren reinar!

La amo
y ella no está

¡ Y no está!

¡Y la necesito!
¡ Y la necesito!

No estoy
y me necesita
nuestras almas dolidas hoy
juntas por siempre ¿ Estarán?

La amo
y no me tiembla la voz
ni el pulso
cuando lo digo
o lo escribo
y cuando lo escribo
o lo digo
nacen colores arcoirezcos
por doquier
pues hasta el fin
del arco iris
( que no existe)

La amo

Ir
sin donde
o hacia donde
pero..


Por favor...

Mi
amor

contigo

contigo


ir.

© Santiago Morinigo.

RIESGOS

                     RIESGOS

Mi riesgo al delirio
por necesitante necesidades
de oscurecerme
ante un magnánimo sol
¡ brillantisimo!
que abrasa
como luciérnagas con fiebre

Lo siento adentrarse
piel
        poro
célula

Mi riesgo al delirio
                  de inevitable circunstancia.

© Santiago Morinigo.

martes, 22 de diciembre de 2015

Antes de...

ANTES DE
                                                                                  -Hola, me llamo Adrián, ¿ Y vos?    -Soy Silvia.                                              Sus ojos brillaron como pocas veces en esos días. Ella esbelta, tez de armiño, movimientos de gacela, sonrisa angelical, cabellera azabache, vestida con linos de un color que no distinguía; una diosa del Olimpo en comunión con los mortales, los simples mortales.       -¿ Y qué hacés por aquí?                 - Estoy aquietando mi alma            -¡Uy! ¿ Te pasó algo, te hicieron algo?                                                  -Me hicieron muchas cosas y nada a la vez, sólo que este silencio me reconforta, me hace olvidar lo falso que puede ser el hombre y lo cruel que pueden ser sus acciones.     Él quedó atónito por la respuesta, sólo atinó a dar un suspiro elevado tras una bocanada de oxígeno.                                        -¡Uf!, no sé qué decirte, las palabras se me esconden y tenés razón: esta quietud del estanque reconforta, parecería que las ideas se encauzaran y se ordenara todo, ¿verdad?.                                           -Sí es por eso que vengo aquí, a buscar.                                                 -También yo; es el único sitio que produce está sensación de paz, hasta recupero las energías de mi cansado cuerpo                                 -¿Por qué cansado? Si sos joven     -¿No me viste bien acaso? ¡Tengo noventa y tres, y recién cumplidos !                                                          -¡Opa! Creo que te hizo mal la droga o el whisky. Jajajaj...                  Sorprendido, la mira, luego ve sus manos lozanas y saludables, se tocó el rostro y no encontró arrugas ¡ Y tenía pelo!. Bajó sin freno hasta la orilla del estanque y el reflejo de la luna en el agua, en esa noche, hizo de espejo en cual se veía con por lo menos setenta años menos. Lanzó una carcajada y un alarido. Silvia, desde arriba, lo acompañó con una sonrisa y le gritó. -¿Viste? ¡ Estás borracho!       -Sí, sí, sí, estoy vivoooo!!!.                  Ella dejó de reír, frunció el ceño y quedó callada. Murmuró para sí ¿Qué es la vida, qué es la muerte, sin son rostros adversos de una misma moneda? Luego gritó -¡Te espero mañana para dar un paseo! ¿ Te parece?. Agitado, mientras estaba apunto de llegar junto a ella, con los ojos pegados a sus pasos respondió -¡ Ok, ok sí! ¿ A qué ahora?.                                                                                               Pero ella ya no estaba. Raudo subió los últimos metros, dando giros de trescientos sesenta grados, con la vista la buscó. Y no. Nada.                                                     Segundo después, sintió el sacudón, de fondo una voz lo llamaba -¡Adrián , Adrián despierte! ¡ Es hora de su pastilla!      Despertó. En sus ojos se apretujaban lágrimas clandestinas.  -El geriátrico-, la impunidad de siempre: ¡ Carmen!, ¿ Podría usted bañarme bien? Tengo una cita mañana y quiero estar pituco. Por cierto ¿ Me podría responder a lo siguiente?.                                         -Sí, como quiera, con todo placer Adrián, lo voy a dejar impecable. El agua ya está en su punto. ¿ Cuál es la pregunta?.                                        No Hubo eco, todo permaneció en silencio. Carmen, desesperada, lo sacudió y lo sacudió.                        Ya había llegado mañana.

© Santiago Morinigo.